lunes, 15 de enero de 2018

EEUU. EL PAÍS DE LOS 37 PRESIDENTES DEMENTES


Trump no es el primer presidente de los EE. UU. en causar ansiedad entre los psiquiatras

15 de enero a las 07:43






Trump es cada vez más sospechoso de desequilibrio, escribe The Times. Sin embargo, en tales suposiciones, no hay nada nuevo. Según la investigación, casi la mitad de los presidentes estadounidenses sufrieron una enfermedad mental.

Los empleados de la Casa Blanca notaron que Donald Trump está perdiendo gradualmente la capacidad de completar sus proyectos. El presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado dudaba de su equilibrio. El ex estratega jefe del presidente estadounidense Steve Bannon dijo que "perdió la cabeza", escribe The Times y recuerda que esta no es la primera vez que en Washington existen dudas sobre la salud mental del presidente.

Los historiadores sospechan que Theodore Roosevelt sufría de trastorno bipolar. Lyndon Johnson mostró signos de "narcisismo grandioso" y una tendencia a eludir las barreras éticas. Algunos han sugerido que Ronald Reagan en los primeros síntomas de la enfermedad de Alzheimer ha visto durante su reinado, y ayudantes de Bill Clinton temían que fuese eroticomaniaco.

Richard Nixon a menudo es retratado como paranoico, pero su principal problema era el alcoholismo. Los asesores del presidente hicieron todo lo posible para que él no tomara decisiones importantes por la noche. En octubre de 1973, cuando el conflicto árabe-israelí amenazaba con degenerar en una guerra mundial, estaba tan borracho que no podía responder el teléfono, manifestó el primer ministro británico Edward Heath, según la publicación.

Según un estudio, de los primeros 37 presidentes de Estados Unidos, desde Washington hasta Nixon, casi la mitad tenía un trastorno psiquiátrico.

Thomas Jefferson, Ulysses Grant y Calvin Coolidge sufrieron de un mayor nerviosismo. Abraham Lincoln cayó en una profunda depresión.

En el caso de Donald Trump, la principal diferencia es el "argumento enredado" en torno a su estado de ánimo. Durante medio siglo, los psiquiatras americanos han seguido la llamada regla de Goldwater, llamado así en honor de Barry Goldwater, un republicano que se postuló para presidente de Estados Unidos en 1969.

Durante esta campaña electoral, miles de profesionales firmaron una petición en la revista en la que Goldwater no podía presentarse a las elecciones, "por motivos psicológicos". Como resultado, el político demandó al periódico y recibió una indemnización de $ 75 mil.

Desde entonces, a los miembros de la asociación psiquiátrica se les prohibió expresar opinión profesional sobre una figura pública sin un permiso especial, explica The Times.

En la era de Trump, esta regla fue sometida a juicios sin precedentes. Así, en el libro recientemente publicado The Dangerous Affair de Donald Trump, el profesor honorario de la Universidad de Stanford, Philip Zimbardo, diagnostica a un presidente estadounidense que maneja un caso de hedonismo típico de niños pequeños que no piensan en las consecuencias a largo plazo de sus acciones.

El especialista sugiere que el desarrollo mental de Trump podría haberse afectado por un trauma psicológico, recibido en la infancia. Quizás esta es la consecuencia de su envío a la academia militar.

Sea como fuere, la actitud de los estadounidenses en este asunto, con toda probabilidad, depende de sus preferencias políticas. Los demócratas pueden considerar a Trump como un loco, y los republicanos como una astucia excéntrica, concluye The Times.

Departamento de Monitoreo
Kavkaz-Center

No hay comentarios: