Ataque del Isis en Idlib: los líderes del ejército de Assad 'sacrificados' por yihadistas que casi toman capital de la provincia siria. 70 oficiales ejecutados
En un importante revés para el presidente Assad, la segunda ciudad - Idlib - por poco se le escapa y cae en manos de los yihadistas como rebeldes que lograron capturar la oficina del gobernador de la provincia y se dedicaron a la ejecución de los oficiales de alto rango del régimen. Robert Fisk informa desde Damasco
ROBERT FISK
La oriental ciudad de Raqqa ha estado en manos de Isis desde meses, pero Idlib yace colocado estratégicamente entre Alepo y la ciudad costera de Latakia - ambos de los cuales todavía se mantienen por el régimen del presidente Bashar al-Assad. La caída de Idlib habría sido un golpe devastador para el gobierno.
En un momento dado, se le dijo que la administración Assad la ciudad había caído después de que la policía y los agentes de seguridad en la sede del gobernador Kheir Eddib Asayed habían desertado a los rebeldes. Muchos lo hicieron, de hecho, y produjeron la entrega del edificio. Pero los soldados de en el perímetro de la ciudad no recibieron esta noticia y continuado que luchar contra cientos de yihadistas que trataron de irrumpir en Idlib. Todavía estaban llevando a cabo a los atacantes cuando fue recapturada la oficina del gobernador.
Idlib se encuentra apenas a 30 millas de la ciudad más grande de Siria, Alepo, y es el hogar de más de 200.000 personas. Su museo es bien conocida por los turistas de larga hace que deseen ver los tesoros de los llamados romanos "ciudades muertas" del norte de Siria, y lo ha sido en un escenario virtual de sitio durante más de un año. Pero el choque en su casi colapso era palpable en la capital, Damasco, donde el nuevo gobernador - que no estaba en su oficina en el momento - se las arregló para llamar a la sede del ejército, justo a tiempo para evitar que el anuncio de la caída de Idlib.
A pesar de que los atacantes fueron identificados como rebeldes Jabhat al-Nusra - el ejército sirio se refiere a todos sus opositores como "terroristas" y parte de Isis - el asalto fue pensado obviamente para coronar una nueva victoria demoledora para el llamado califato islámico que ahora se extiende desde el este de Alepo a las afueras de Bagdad en Irak. La ferocidad del ataque - algunos soldados se las arreglaron para llamar a Damasco para alertar al gobierno de su ejecución inminente - muestra lo difícil prensado en el régimen sirio está en su batalla contra el mismo enemigo que el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ha prometido " degradar y destruir ". Degradados era la única cosa que los hombres armados que irrumpieron en Idlib no parecían ser.
Cuando llegaron en el centro de la ciudad, tanto como sus compañeros caturados en la ciudad iraquí de Mosul cuando el califato se declaró en primer lugar, los hombres armados se aseguraron de capturar el mayor número de oficiales de alto rango del régimen posible. Su asesinato - por decapitación ritual con un cuchillo - estaba totalmente de acuerdo con la política de Isis. Antes de que perdieron el centro de la ciudad, Jabhat al-Nusra se jactaba de que su "victoria" era "una segunda Raqqa" y que "pronto, se oirían los gritos de los incrédulos". En Mushamah colina fuera de la ciudad, los jihadistas capturaron a dos tanques del ejército y 12 soldados - su destino todavía desconocido -, mientras que la policía de la ciudad, aparentemente en connivencia con los aspirantes a terroristas suicidas, abrieron la oficina del gobernador a los atacantes.
Parece que fueron capaces de identificar a los soldados del régimen de alto nivel para la decapitación. Ellos no podrían salvarse. Los funcionarios del gobierno en Damasco hablarían sólo de "muchos muertos" cuando las primeras noticias del asalto llegó a la capital. El ejército del país ya ha perdido al menos 33.000 hombres - la cifra real puede muy bien estar por encima de 46.000 - y la caída de Idlib habría marcado una nueva etapa en la espantosa guerra de Siria.
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