domingo, 20 de febrero de 2011

REPORTE DE LA AGENCIA KALI-YUGA (20/02/11)

CAUSAS Y RESULTADOS DEL EFECTO DOMINÓ

La avalancha está creciendo en su intensidad. Primero comenzó en Túnez, después siguió en Egipto, se extendió luego a Yemen, Bahrein, Argelia, Marruecos, Irak, Irán, Jordania, Omán, Djibuti, Costa de Marfil, Mauritania y no sabemos si nos estamos olvidando de alguno. Pero como siempre hay dos interpretaciones contrastantes respecto de lo que está sucediendo, sea en lo relativo a las causas que han producido este incontenible efecto dominó que tiende a incrementarse día a día con algún nuevo país, como en relación a los resultados a los que conduce todo este movimiento.

Con respecto a lo primero recordemos que todo se inició con un incidente menor cual fuera un acto de desesperación efectuado por un graduado universitario que sobrevivía en la ciudad capital de Túnez con un puesto de verdura y al cual se le habían impuesto prohibiciones para el ejercicio de su actividad por lo que, cansado de protestar inútilmente, decidió prenderse fuego. Este acontecimiento, que fue seguido por una lenta agonía de la víctima, sirvió para desencadenar la indignación contenida por años por la existencia de un régimen corrupto sostenido por Norteamérica, Europa e Israel. Pero sería sumamente ingenuo creer que tal hecho por sí mismo, del mismo modo que la simple movilización popular fue lo que produjo esta sucesión de rebeliones. Al respecto nosotros nos preguntamos, ¿hubiera sido todo tan fácil si además del hecho detonante no hubiesen acontecido otros más decisivos previamente? En cualquier otra circunstancia un régimen de tal tipo sostenido por todos estos poderes no solamente no hubiese sucumbido sino que los mismos, ante el primer conato de una protesta que se hubiese prolongado demasiado en el tiempo, habrían acudido prontamente a medidas coactivas capaces de llegar en última instancia a la intervención militar para ‘preservar el orden y el gobierno legalmente elegido’. Recordemos al respecto que ninguno de estos regímenes hoy cuestionados, salvo el caso de Irán debido a su creciente enemistad con Israel y los EEUU, había sido condenado antes ni por la ONU ni por los distintos conglomerados de naciones libres por violación de los derechos humanos. Incluso cuando se produjo la primera rebelión sea el gobierno de Sarkozy en Francia, país ligado especialmente a Túnez por su pasado colonial, como los mismos EEUU brindaron su apoyo pleno a Ben Alí. Sin embargo ¿por qué no intervinieron para evitar su caída, ni lo hicieron tampoco con la de Mubarak ni con seguridad lo terminarán haciendo con Khadaffi, el próximo en la lista, y así sucesivamente? Bien, la razón principal es que esto acontece no porque tales poderes lo deseen, no porque no hubiesen querido la continuidad de Ben Alí o Mubarak, sino porque ya no pueden evitar su caída en tanto que han dejado de representar el rol de imperio universal irrebatible capaz de imponer su voluntad por el mundo entero. Varios hechos lo han demostrado así y han sido la verdadera causa de lo que está sucediendo. Israel no pudo evitar que el territorio de Gaza cayera en manos de Hamas. Tampoco pudo derrotar a Hezbollah en el Líbano. Rusia tampoco ha podido vencer la resistencia islámica en los territorios caucásicos y lo peor de todo EEUU y Europa no han sido capaces de doblegar a los talibanes y a Al Qaeda en Afganistán y en Irak. En este último país el caso resulta más sintomático todavía. A pesar de haberse instaurado por las armas una frágil democracia hoy en día es también el centro de las protestas populares como en los otros países árabes y africanos. Todas estas sucesivas derrotas han conducido a una doble resultante. Por un lado el poder moderno y sionista, en razón de sus sucesivos fracasos, no se atreve ya a abrir nuevos frentes de combate. Sería una verdadera catástrofe para la economía y el prestigio de EEUU una nueva guerra como la que está padeciendo en Afganistán. Y esto es lo que alienta a las distintas poblaciones a efectuar sucesivas protestas las que conducen forzosamente a la caída de todos estos gobiernos cuyos principales sostenes se encontraban no en el seno de tales países, sino en el exterior.

Ahora bien, los optimistas de siempre así como los periodistas banales, varios de ellos al servicio del sionismo con la finalidad de alentar a las personas respecto de que estamos viviendo en el mejor de los mundos posibles, ven con mucha alegría todo lo que está sucediendo pues consideran que no es sino la consumación de las antiguas profecías del iluminismo del siglo XVIII en el sentido de que el mundo marcha irreversiblemente hacia la democracia por lo que ven en tales revueltas un signo inequívoco de tal orientación incontenible. Sin embargo es de destacar que alguno de ellos más veterano, como el caso del peruano Vargas Llosa, se encarga de utilizar tiempos potenciales en sus aseveraciones. La realidad es que tales movimientos, que fueron espontáneos en sus orígenes, como tales no han dado cabida a ninguna fuerza nueva con capacidad de llenar el vacío político. Es posible pensar sí que el sionismo intentará infiltrar alguna de ellas y establecer un barniz democrático con la finalidad de mantener el statu quo, pero el problema que se abre es el de saber si un régimen puramente democrático estará en condiciones de hacer frente a una fuerza insurgente representada por las distintas células de Al Qaeda que actúan en la región, lo cual se ha demostrado ya imposible en Irak a pesar de contar con la presencia de una importante fuerza yanqui. Por otro lado es de destacarse que lo que permite que una democracia pueda funcionar es la posibilidad de que exista un Estado que proporcione bienestar a la población en modo tal de poder convertirla en satisfecha y sin motivos para protestar, pero el actual sistema de explotación que hoy existe en el planeta hace que tal situación ventajosa solamente pueda ser disfrutada por algunos países en especial del primer Mundo. Por lo tanto es de imaginarse que en un régimen que no sea dictatorial como el que existía en los distintas naciones hoy en rebelión y en el cual el consumismo no haya podido llenar las conciencias de las personas, éstas con seguridad, y tal es la modalidad de los pueblos árabes, lo encontrarán en la fe religiosa, la cual una vez más y para bronca de los marxistas acudirán a otro ‘opio’, aunque esta vez por lo trascendente. Es que en el mundo islámico, a diferencia del occidental y cristiano, aun la religión no se ha asociado plenamente a la modernidad, salvo en sectores minoritarios y sin influjos reales, por lo cual allí aun existe un vasto sector con capacidad de llenar los vacíos existenciales de aquellas comunidades que no han podido hallar en la democracia y en la fiebre consumista el leit motiv de la propia existencia. Esto es lo que preocupa especialmente a la dirigencia israelí y a ciertos sectores minoritarios de los EEUU, que no se encuentran actualmente en el poder, los que han expresado su gran preocupación respecto del rumbo que están tomando los acontecimientos y de los graves peligros que los acechan en el futuro.

Walter Preziosi

20/02/11

No hay comentarios: